El puente de San Bernardo, o de los Bomberos, es el símbolo del barrio al que sirve como acceso, uno de los arrabales históricos de Sevilla. Fue construido en 1924 con diseño del arquitecto regionalista Juan Talavera y Heredia para salvar el paso del ferrocarril hasta la vecina estación de Cádiz, el único que se conserva de los tres que se levantaron con este fin.
Tiene gran valor arquitectónico, pues por su estilo neobarroco se integra a la perfección con el trazado urbano.
Cuando fue construido, en aquella fiebre urbanística que transformó Sevilla en el primer tercio del siglo XX, fue pionero en la utilización del hormigón armado. Desde entonces comunica la histórica Puerta de la Carne (o al menos el lugar donde se ubicaba la puerta física) con el barrio de San Bernardo, desembocando a las puertas de la antigua Real Fábrica de Artilleríaería, que delimita el vencindario.
Aunque fue remodelado en 1992, cambiando su estructura, conserva las garitas, los pretiles y las escaleras laterales que le dan personalidad. La talla del ladrillo, los remates, en general el aire que respira esta construcción ha justificado que haya sobrevivido a su función original: desaparecieron las vías, pero el puente sigue en pie.
También se le conoce como el Puente de los Bomberos por estar situado junto al Parque de Bomberos que diseñó igualmente Juan Talavera entre 1920 y 1921.
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