sábado, 25 de enero de 2025

Escopetas de caza Jabalí

La fabricación de escopetas en Barcelona 

La industria de armas de fuego suele localizarse, dentro de cada país, en un reducido número de poblaciones; así es que, para las escopetas de caza, han tenido fama ya de mucho tiempo, en el extranjero. St. Etienne, Liège, Birmingham, etc. y en España la tuvo en otro tiempo Ripoll, y actualmente Éibar. A esta localización contribuye, sin duda, el que para la industria a que nos referimos se requieren obreros habilísimos, que solo se forman existiendo una fabricación en grande, bien montada, y con carácter de gran permanencia. 

Las fábricas de armas de Ripoll desaparecieron a principios del siglo XIX a consecuencia de las guerras civiles, agotándose así aquel manantial de armas reputadísimas; si no hubiese mediado esta circunstancia hubiesen quizá continuado hasta nuestros días, pero no sin grandes modificaciones; ya que de la construcción de las escopetas de chispa y de pistón, únicas que allí se fabricaban, a las escopetas sin martillos de nuestros días con cañones de perforación especial, y mecanismos de cierre delicadísimos, media una diferencia enorme. 

Hasta el año 1896 no se volvieron a fabricar escopetas en Cataluña. En dicho año se trasladó a Barcelona la fábrica que había establecido en Eibar D. Eduardo Schilling, y aunque dicha fábrica es, hasta ahora, la única aquí existente, está montada con tales adelantos, que basta por sí sola para poner a nuestra ciudad, en lo que a fabricación de escopetas se refiere, a la altura de los mejores centros industriales del extranjero. 


Interior de la fábrica, — Vista parcial, 

Dicha fábrica de armas (actualmente Schilling y Paguaga) está instalada en un edificio formado por bajos y primer piso levantado exprofeso en el chaflán de las calles de Llull y Padilla. En la planta baja, además de las oficinas, están situados los almacenes de primeras materias, como son: cañones en bruto, aceros y piezas moldeadas, escalabrones de nogal etc. etc.; hay además una sala de máquinas, y departamentos de pulidores, cañoneros, templadores, pavonadores, forjadores, hornos de soldar cañones, departamento de pruebas y campo de tiro. En el piso trabajan los basculeros, ajustadores, llaveros, grabadores y cajeros; hay además un departamento para el examen de los trabajos y otro para el repaso, montaje y conclusión do las escopetas. 

Tiene la fábrica un motor a gas de 16 caballos, que acciona las distintas máquinas diseminadas por las salas y departamentos, y además una dinamo Siemens que alimenta 100 luces. Entre las máquinas hay 5 fresadoras, 5 copiadoras, 8 tornos de varias clases (dos de ellos universales para herramientas) 6 taladradoras, 1 centradora, una amoladora, 1 vertical para punzonar y cepillar, 1 para hacer tornillos, 1 para afilar fresas, 1 para fresar y tornear cañones, 3 de barrenar cañones, 2 para pulimentarlos, 1 para reconocerlos y enderezarlos y 1 para grabar ó picar las bandas de los mismos. En su mayoría estás máquinas proceden de Inglaterra, Alemania y Bélgica, 

En los talleres de basculeros, ajustadores y cajeros existen 78 tornillos de banco con herramientas buenas y abundantes, dispuestos a lo largo de las paredes con magnífica luz, tan necesaria para estos delicados trabajos. 

En el taller de cajas se hacen éstas a medidas especiales, siendo la fabricación a mano, por el contrario de como se obtienen las culatas de fusil que se producen en máquinas copiadoras, porque son todas de las mismas medidas. 

Interior de la fábrica.—Vista parcial. 

Llama la atención especialmente el taller de ajuste y conclusión, de donde sale lista el arma para expedirse, razón por la que pueden apreciarse reunidos todos los trabajos que contribuyen a que la obra final sea buena, mediana ó mala; de manos de los obreros se examinan básculas, platinas, cajas, enganches, cañones, bandas, sistemas con llaves ó sin ellas, seguros, etc. etc.; es necesario fijarse particularmente en el metal, en los trabajos de lima y en la conclusión y ajustes interiores que suelen faltar por desgracia en las armas de precio medio; sin embargo, hay que hacer constar, en honor de la industria barcelonesa, que se obtienen en la fábrica de los Sres. Schilling y Paguaga armas de gran solidez y elegancia, con esmeradísimos ajustes, a precios bastante inferiores a los que cuesta en el extranjero una escopeta de iguales condiciones 

La fábrica que empezó a funcionar en Barcelona con unos 40 obreros vascongados, ocupa hoy de 90 a 100 hombres no vascongados, ni extranjeros, sino de Cataluña mismo, que han aprendido su nuevo oficio en la misma fábrica, enseñados por su director D. Pedro Paguaga, al frente de la misma desde su fundación y a quien ha asociado el Sr. Schilling en 1900 en premio de la adhesión, celo é inteligencia desplegados. 

El metal empleado para las básculas, cuerpo de la escopeta, es el acero suave de Suecia, para los muelles acero especial de Inglaterra. 

Los cañones en bruto y con un barreno preliminar se traen de Birmingham (Inglaterra) y Nessonvaux (Bélgica); en este estado pasan al taller de máquinas para que sean enderezados primero, luego torneados, fresados y pasados por la muela, barrenados a calibre, practicado el alojamiento de los enganches, el del extractor, el recamarado y el chokebored; pasan luego al de los cañoneros que los sueldan, así como los enganches, volviendo al de máquinas para fresar los últimos, y ya definitivamente se quedan los cañoneros con ellos hasta que después de varias operaciones pasan al taller de basculeros que los ajustan en la báscula, los envían al cajero, del cual van al pulimento grabado, temple, pavón, conclusión y almacenaje del arma después de probada de tiro, guardándose con su blanco-prueba. 

Los cañones se someten a distintas pruebas de resistencia, después de las cuales se graba en ellos la señal correspondiente. La 1.ª prueba se hace con el cañón bruto de forja; de esta no queda señal, pues desaparecería al tornear y pulir, Las señales correspondientes a las tres siguientes pruebas son las que estampamos a continuación. 

Marcas de prueba de Cañón y Bascula, registradas y protegidas por la ley 

En el siguiente cuadro se pueden ver también las cantidades de pólvora y explosivos empleados para cada prueba. La segunda prueba se hace sobre los cañones unidos, soldados, limados y barrenados; la tercera sobre los mismos ajustados sobre la báscula, calibrados, recamarados y concluidos. La cuarta se hace solamente para las armas destinadas á tirar con pólvora sin humo. 

Debemos también hacer notar el sistema especial de seguro empleado en las escopetas sin martillos de la fábrica a que nos referimos, sistema cuyo diseño pueden ver adjunto nuestros lectores. 

El diseño representa la báscula armada y en el seguro. 

El armar se efectúa por la presión que ejercen los cañones sobre el muelle real al abrir la escopeta para cargar. 

El cañón hace presión sobre el monta martillos I, éste eleva el martillo H, y cuando llega al levante necesario entra en el diente del fiador F y al mismo tiempo en el doble seguro Paguaga G. 

Para disparar hay que empujar el botón A hacia la palanca B, entonces la palanca de seguro C, por la presión que ejerce sobre el diente de seguro D, deja en completa libertad a los disparadores E, al levantar dicho disparador eleva al fiador F hasta hacerlo salir del diente del martillo H y entonces es cuando se consigue el disparo. 

El interruptor doble seguro Paguaga únicamente funciona en el caso que el fiador F se escape del diente del martillo H, lo que solo puede suceder por desgaste del diente del fiador ó por la rotura del muelle real; entonces es cuando, queda sujeto al martillo por el doble seguro por la parte que está marcada con la letra N. 

Réstanos decir cuatro palabras acerca de los cañones. 

Las principales innovaciones que en los últimos tiempos han sido introducidas en los de las escopetas de caza, se refieren solamente al material de que están formados. 

Largos años se han empleado exclusivamente los cañones de Damasco, metal mixto, compuesto de hierro y acero, como es bien sabido. 

Sería inoportuno tratar aquí de las largas discusiones que se suscitaron en los centros competentes, entre unos y otros fabricantes y entre los cazadores de todos los países, sobre si eran mejores los cañones de acero que los de damasco ó si éstos aventajaban a aquéllos. 

El uso de la pólvora sin humo obligó a pruebas serias y a nuevas investigaciones. Por cada uno de los Gobiernos de Francia, Bélgica é Inglaterra fueron nombradas Comisiones al objeto y después de largos estudios y pruebas concienzudas, todas ellas dictaminaron, sin excepción, que para el uso de la pólvora sin humo son preferibles los cañones de acero, porque éstos, cuando el acero es de primera calidad, poseen condiciones de solidez muy superiores a los cañones de metales mixtos ó sea de Damasco. 

La forma de aparear ó de unir los cañones de una escopeta, ha sufrido bien pocas modificaciones desde largo tiempo. 

Generalmente, los cañones de una escopeta, bien sean estos de damasco, bien de acero, son fabricados por separado y unidos luego por la soldadura, quedando disimulada la unión por las solistas superior é inferior a su vez soldadas a los cañones, como se ve en la fig. núm. 1. Aparecieron luego los cañones de acero con enganches macizos (fig. núm. 2), separados también y unidos luego como los ordinarios, teniendo sobre estos la ventaja de que los enganches jamás pueden desoldarse, ya que forman con el cañón una sola pieza. El último y más decisivo perfeccionamiento está representado por los cañones Monobloc, figura 3. Su fama ha ido considerablemente en aumento y así debía ser forzosamente ante sus magníficos resultados. Separándose de la rutina, de construir por separado y soldar luego los dos cañones, la Sociedad «Canonnerie Genérale» logró hacer dos taladros en la misma barra de acero, de manera que ambos cañones con sus enganches, destinados a sujetar los cañones a la báscula, forman una sola pieza de cuya circunstancia han tomado el nombre de Monobloc estos cañones. No tienen pues los cañones Monobloc soldadura alguna y reúnen por lo tanto condiciones de solidez verdaderamente extraordinarias. 

Es imposible dar aquí una descripción detallada de todas las operaciones de la fabricación de los cañones Monobloc, cuyos procedimientos, por lo demás, no ofrecen nada desconocido. Para dar una ligera idea indicaremos solamente que sale el juego de cañones de un cilindro de acero que pesa de 7 a 8 kilos; que el bloc de acero, después de haber sido puesto candente y laminado cinco o seis veces para darle la forma exigida, es aserrado, horadado y alisado con la mayor precisión; que, después de la operación de cepillar, hecha con todas las precauciones convenientes para que no sufra deformación alguna, pasa la pieza a la sección de cañones para ser limpiada y puesta en disposición de ser enviada al banco de pruebas. 

Terminaremos reproduciendo el modelo de una de las escopetas "Jabalí", construidas en la fábrica que nos ocupa, y que por su solidez, elegancia, finura de los ajustes y magnífico tiro, puede compararse con las mejores escopetas inglesas.

















No hay comentarios: