En la revista EL FÍGARO del 24 de diciembre de 1918 se ofrece una descripción de la minería leonesa del carbón.
UN IMPORTANTE CENTRO MINERO
HIJOS DE TEÓFILO ÁLVAREZ
Cuando en el año de 1915 comenzó el gran movimiento minero en la cuenca de Villablino, que divulgó por el mundo industrial el nombre de la pintoresca villa del valle de Laceana, se constituyó la Sociedad «Hijos de Teófilo Álvarez», integrada por unos muchachos llenos de entusiasmo y amor al trabajo, que pusieron su ardor juvenil al servicio de su «patria chica» poniendo en condiciones de explotación minas que ellos denunciaron, y mejorando la producción de otras que más tarde adquirieron por compra.
Es difícil convencer al lector, que mira siempre estas informaciones con alguna desconfianza, de que la cuenca minera de Villablino constituye hoy uno de los más ricos yacimientos de España.
Su riqueza en carbones es inmensa, como lo prueban los estudios hechos por los técnicos ; la cubicación de la cuenca, anterior a los trabajos que ahora han empezado, arrojaba un total de 60 millones de toneladas de carbón; solamente en una de sus partes el número de capas se había calculado llegaba, a «quince», con un recorrido de 25 kilómetros. Su altura sobre el nivel de los valles en que están enclavadas es de 200 a 600 metros; el espesor del carbón en las capas varía desde 0,80 centímetros a 1 metro 50 centímetros, y el carbón es tan excelente que puede competir con el mejor carbón inglés.
Los concienzudos trabajos especiales hechos por los ingenieros Sres. La Rosa y Revilla, que tanta participación tienen en el resurgimiento minero de esta provincia, son aún más explícitos y contundentes respecto a la cantidad de riqueza mineral que ella encerraba.
No es pequeña la participación en este total resurgimiento de la Sociedad de Hijos de Teófilo Álvarez en este aumento de riqueza. Hoy poseen en aquella privilegiada cuenca minera «La Viguellina», de hulla grasa, con 20 a 25 de materias volátiles, 10 a 15 de cenizas y más de 8.000 calorías; la «Regalada», «Aurora» y «Favorita», de semigraso, con 11 de volátiles, 16 de cenizas y más de 8.500 calorías, y, además, una cooparticipación en la mina «Teófilo», de la misma cuenca.
En el Bierzo poseen otras dos minas de excelente antracita, de un poderoso rendimiento.
Colocadas estas minas en uno de los más bellos rincones de la pintoresca provincia de León, llena toda ella de recuerdos históricos de un enorme interés que no es de esta ocasión, estas minas, como otra inmensa mayoría de ellas, no distante, se hallan en la actualidad en plena explotación, luchando con las insuperables dificultades que los medios de transporte crearon, dificultades que aún no han desaparecido. Para poner el carbón en las estaciones de Santibáñez, La Robla, Brañuela y Bembibre, principales puntos de salida del mineral, para lanzarlo al mercado, fue preciso utilizar carros tirados por bueyes y caballerías, utilizando caminos y carreteras imposibles, lo que hacía y hace ascender el precio del combustible por tonelada a precios que han oscilado entre 65 y 80 pesetas, con la amenaza constante de la paralización de producción, pues los carreteros dándose cuenta de lo imprescindible de su colaboración en determinados momentos, se unían todos obligando a los dueños de las minas a satisfacer todas sus exigencias, que crecían todos los días.
El coste de explotación, propiamente dicha, es muy variable, pero siempre sumamente caro, pues el acarreo de la dinamita, madera y raíles necesarios para los trabajos de extracción, etc., llega a veces a fijar en 20 pesetas el gasto preciso por cada tonelada de carbón.
Son tan limpios los carbones de esta rica cuenca minera, que, sin necesidad de someterlos a la previa operación del lavado, pueden competir ventajosamente con los mejores y más reputados de las cuencas asturianas, puestos en cualquier extremo de la Península, lo mismo en Madrid, que en Zaragoza, que en Valencia y que en Barcelona, donde ha sido muy grande su consumo.
Gran parte de la considerable producción de la Sociedad de Hijos de T. Álvarez se destina hoy a las Compañías ferroviarias del Norte, Mediodía y la de Madrid, Cáceres y Portugal. Y mucho más podría intensificar la expansión de sus productos la Sociedad que nos ocupa, si otros fuesen los medios de transportes y, aun dados estos transportes elementales, se dispusiera de regulares caminos.
Se ha hecho patente con motivo de la guerra europea, además de nuestra consabida imprevisión, que alcanzó aquí su máximum, que el consumo carbonífero nacional hoy no se cubre con la producción que hoy existe, a pesar de contar aquí con cuencas carboníferas de gran importancia, pero que no pueden llenar las exigencias de nuestro mercado de carbones, por estar aisladas de medios de comunicación y no poder llegar a tener todo su desarrollo.
Esto es lamentable, y ello nos obliga a ser tributarios del Extranjero y a seguir siéndolo durante muchos años, y supone que todos ellos tengan que ingresar en España grandes cantidades de carbón extranjero, con grave quebranto de nuestra economía nacional y de nuestro progreso industrial, que es sin ninguna duda mucho más importante.
Contra esta dependencia económica del Extranjero, teniendo el producto en cantidad y calidad, dentro de nuestra casa, es contra la que se levantan hoy los esfuerzos de esta nueva generación de leoneses que, sacudiendo la apatía y el desprecio por las cosas propias, han realizado la grandiosa obra de poner en explotación esta inmensa cantidad de riquezas que yacían ocultas entre las sierras abruptas de esta hidalga tierra, que ya otra vez supo redimir a la patria del yugo extranjero.Pocos, como los Hermanos Arias, descendientes de una vieja familia montañesa, conservan las cualidades típicas del leonés: la sobriedad y el tesón. Con estos preciados elementos y su juventud han logrado realizar una gran obra patriótica, a la vez que eminentemente regional, acrecentando la riqueza española a la vez que redimiendo a una parte de la provincia de León de la escasez y la penuria en que vivía. Alrededor de varias de sus minas surgirán, no tardando, agrupaciones obreras, que más tarde serán pueblos prósperos y ricos. Una época de bienestar se anuncia en todo el Norte de la provincia de León, donde la inteligencia y el esfuerzo de los actuales leoneses darán su necesario fruto.
Nosotros nos complacemos, sobre todo, en consignar aquí el perseverante esfuerzo que en tan malas condiciones vienen realizando estos dos hermanos—llenos de inteligencia y voluntad—, cuyo trabajo debe ser conocido por todos, para alejar de los sanos espíritus ese destructor pesimismo que parece sofocar todo noble impulso y toda loable acción. Destructor pesimismo que basta hace pocos años tenía como, encadenadas las energías ocultas de esta vieja raza.P. de S.
POR EL PAÍS DEL ORO NEGRO (Album Gráfico, León Artístico Monumental en el centenario de sus fueros - 1020 / 1920)
LA CUENCA CARBONÍFERA LEONESA (Album Gráfico, León Artístico Monumental en el centenario de sus fueros - 1020 / 1920)
Hijos de Teófilo Álvarez
En 1915, año en que comenzó el gran movimiento en la cuenca minera de Villablino, se formó la Sociedad cuyo nombre encabeza estas líneas.
Poniendo en condiciones de explotación minas que ellos habían ya denunciado, trabajaron sin descanso estos entusiastas jóvenes, llegando a adquirir otras por compra, en las que consiguen el mayor rendimiento.
Vencidas, en parte, las dificultades de transporte para poner el carbón en las estaciones ferroviarias, es considerable la producción de estos ricos carbones, que compiten con los mejores y más reputados de las cuencas asturianas e inglesas.
Los hijos de Teófilo Álvarez, henchidos de un amor grande a la «patria chica», han realizado una gran obra regional, acrecentando la riqueza y redimiendo a una parte de la provincia de la escasez y penuria en que vivía, pues en los alrededores de sus minas van surgiendo agrupaciones de braceros que han de convertir en no lejanas épocas los antes desiertos lugares en pueblos prósperos y ricos.
AGUASCaducidad de concesionesANUNCIOCon arreglo a lo dispuesto en párrafo 2.° del artículo 8.° del Real decreto ley de 7 de Enero, núm. 33 de 1927, se procede a instruir el expediente de caducidad de la concesión otorgada por providencia del Excmo. Sr. Gobernador civil de la provincia, fecha 16 de Noviembre de de 1920, a D. José Álvarez Arias, para derivar 2.000 litros de agua por segundo de tiempo del río Puerto de los Bayos, en el término municipal de Villablino, con destino a la producción de energía eléctrica para usos industriales, por incumplimiento de las condiciones 3.ª y 7.ª de la concesión.Lo que se hace público; advirtiendo que durante el plazo de veinte días, contados a partir de la fecha del presente BOLETÍN OFICIAL, puede el concesionario exponer ante este Gobierno civil lo que a su derecho convenga, admitiéndose también cuantas observaciones se crea procedente presentar.León, 1.° de Agosto de 1929.El Gobernador civil, Generoso Martin Toledano
Memoria comercial y estudio sobre el desarrollo de los negocios - Año 1934/1935 (28 de junio de 1935)
Cupos de hulla expresados en porcentajes y toneladas, para los productores de la provincia de León. (Determinados por Orden de 24 de agosto de 1935).
Minero Siderúrgica de Ponferrada. 26,8 % 246.370 toneladas
Hulleras de Sabero y Anexas. 17,8 % 164.096 toneladas
Hullera Vasco-Leonesa 12,9 % 119.078 toneladas
Esteban Corral 5,1 % 47.390 toneladas
Oeste de Sabero y Veneros 4,4 % 40.957 toneladas
Hijo de Teófilo Alvarez 4,3 % 40.241 toneladas
Valle y Diez 3,5 % 32.944 toneladas
Valle y Peña 2,2 % 20.787 toneladas
Hijo de B. García 2,8 % 26.282 toneladas
Eugenio Grasset 0,6 % 5.578 toneladas
S. A. Basauri 0,1 % 1.645 toneladas
Antonio de Amilivia 0,5 % 5.422 toneladas
José Lorenzana 0,06 % 616 toneladas
Nicanor Miranda 0,07 % 708 toneladas
Mina Unión 0,04 % 414 toneladas
Hullera Carmen 0,01 % 175 toneladas
Roberto Gavioli 0,01 % 1.231 toneladas
Tesis "Crisis de la minería del carbón y transformación del espacio. El caso de las cuencas orientales leonesas." Autor: Jesús Sánchez Melado, Universidad de Valladolid, 2007
4.- De la euforia desmedida a la intensa protección
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El elevado grado de concentración de la industria carbonera leonesa queda de manifiesto al comprobar que en los años treinta sus tres principales compañías generaban más de la mitad de la producción comercial de la provincia, y sólo una de ellas, MSP, más de la cuarta parte (figura 44). La Guía de los carbones de León y Palencia, publicada por la Dirección General de Minas y Combustibles en 1936, ofrece una imagen detallada del estado en el que se encontraba, en vísperas de la Guerra Civil, la minería en las cuencas leonesas. La mayor producción correspondía a Villablino con 282.000 toneladas, aportadas básicamente por MSP (221.000), a la que acompañaban dos empresas más: Hijo de Teófilo Álvarez (35.800) e Hijo de Baldomero García Sierra (25.100). El Bierzo (271.000 toneladas y 30 productores activos) y Sabero (270.050 toneladas) seguían a la cuenca lacianiega. El cuarto lugar lo ocupaba CiñeraMatallana con una producción de 200.000 toneladas.
La siguiente madeja de esta historia que une al ovillo principal las hebras de ADN de familias tan renombradas como los Álvarez, Arias, Carballo y Quiñones nos lleva hasta el que fuera partido judicial de Murias de Paredes entre 1834 y 1965, año este último en el que debido a la disminución de su población frente a otras poblaciones vecinas perdió esta función administrativa a favor del pueblo de Villablino que a partir de la Primera Guerra Mundial había visto cómo se establecía en sus inmediaciones una pujante minería carbonera.
El hijo de Basilio Díez-Canseco, Fidel Díez-Canseco López, siguió la estela de su padre y obtuvo la licenciatura en medicina, aunque no consta que en momento alguno ejerciese la profesión, y es más probable que dedicase su tiempo a administrar los negocios familiares. Quiso el azar que encontrase el amor en Rioscuro, una localidad cercana a Villablino, en donde en junio de 1928 contrajo matrimonio con Josefina Álvarez Arias, con la que tuvo al menos una hija, Adelina Díez-Canseco y Álvarez Arias. Adelina era hija de Teófilo Álvarez, quien en 1884 era administrador de la administración subalterna de rentas estancadas y Giro mutuo del Tesoro de Rioscuro y de Ramona Arias Álvarez. Las rentas estancadas eran las derivadas de la venta del tabaco, papel sellado y lotería. La familia también se dedicó a la venta de tejidos, y eran propietarios de la cantera de mármol de Cuevas del Sil, y tenían intereses en el balneario de Caldas de Luna.
Teófilo y Ramona tuvieron cuatro hijos: José que fue abogado y diputado a Cortes monárquico conservador por el distrito de Murias de Paredes, Pedro Regalado, Ermelinda y Josefa Álvarez Arias. Los Arias eran viejos hidalgos que conservaban amplias posesiones en Rioscuro y también en la comarca de Babia, en los pueblos de Riolago, Robledo y Cospedal, pueblo este último en donde aún se conserva su casa solariega, por lo que se podría pensar que fue el matrimonio con Ramona el origen del respaldo económico para el establecimiento del estanco. La familia Álvarez Arias tenía su casa en Rioscuro, aunque más tarde se construyó otra en Villablino, cuando éste comenzó a ser la villa en donde se regía el negocio carbonero, como propietarios más importantes de Rioscuro, con intereses en el comercio y la minería.
Después de la muerte de Teófilo, en 1915, su descendencia registró en León la empresa Hijos de Teófilo Álvarez, dedicada a la explotación de minas de carbón en el coto de Rioscuro-Villaseca, en torno al que levantan el asentamiento minero del Regalado en Villaseca de Laciana,
La que fuese casa de la familia Álvarez Arias aún se conserva hoy en día a la entrada de Rioscuro junto a la carretera que lleva a Murias de Paredes, al lado de las antiguas escuelas en donde está instalado en la actualidad el Centro de interpretación de los castros de Laciana. Al otro lado de la carretera, enfrente del centro de interpretación y junto al río Bayo está la central eléctrica de ENDESA que aprovecha las aguas de los ríos Sil y Bayo que confluyen en Rioscuro. Esta central, conocida como La Cortina, la construyeron en los años 20, los hermanos Regalado y José Álvarez Arias. El expediente, abierto en 1923, habla de una central hidroeléctrica para el alumbrado de los pueblos de Rioscuro, Robles, Villaseca, Piedrafita y Vega de los Viejos.
La casa fue remodelada alrededor de 1920, sobre la base de la antigua casona de los Arias, con proyecto del arquitecto Amós Salvador Carreras, que también diseñó la escuela del pueblo, construida por encargo de la familia Álvarez Arias y en buen estado aún se conserva. Por aquel entonces el patriarca de la familia era José Álvarez Arias, abogado, empresario y en aquellos años diputado a Cortes por el distrito de Murias de Paredes. La casa, con más de mil doscientos metros cuadrados construidos, tiene una planta en forma de u asimétrica, con patio orientado al sur al que se abre un corredor sostenido por ocho pilastras de piedra. Dos torres de tres plantas, una a cada lado, llaman la atención en el conjunto. La de la izquierda, de planta pentagonal, con ventanales simétricos en las dos plantas superiores a excepción del mirador en galería al patio, bajo el que se ubica la cochera para vehículos. Corona esta torre un tejado a cinco aguas con palomar. La torre de la derecha, cuadrada, dispone en sus fachadas varias ventanas y ventanucos recercados en piedra y un balcón también recercado con motivos geométricos. El conjunto está rodeado por un murete con columnas de mármol y rejería, hecho en 1928 con mármol procedente de la cantera que la familia explotaba en Cuevas del Sil. Algunos recortes sobrantes se aprovecharon para la conocida “Fuente del Otro Lao”, donada al pueblo.
Amós Salvador Carreras
El arquitecto Amós Salvador Carreras nació en Logroño el dieciocho de octubre de 1879 en el seno de una familia de políticos liberales. Su padre era sobrino de Práxedes Mateo-Sagasta y tuvo una intensa vida política, siendo en etapas sucesivas ministro de Hacienda, Agricultura, Instrucción pública y Fomento. Amós obtuvo la licenciatura de arquitectura en 1902 y comenzó trabajando en diversos proyectos en Madrid y Logroño. Su matrimonio con Josefina Álvarez Carballo desplazó el centro de gravedad de su vida a tierras leonesas. Siguiendo la tradición familiar fue diputado por el distrito de Ponferrada por el Partido Liberal en la corriente de García Prieto de 1910 a 1914. También realizó un amplio trabajo arquitectónico plasmado en la construcción de escuelas entre 1910 y 1920. La más conocida es la de Orallo, costeada por su cuñado, Octavio Álvarez-Carballo en memoria de su tío, Secundino Gómez. A esta se unieron las de Rabanal de Abajo, Villaseca, Rioscuro, Robles, Sosas y San Miguel de Laciana. Arquitecto innovador, fue el artífice de la conocida como vivienda mínima. Amigo íntimo de Azaña, Amós patrocinó la aventura lírica de la revista La Pluma, que éste y Cipriano de Rivas Cherif editaron en los años veinte, ayudándoles también en la revista España. Además, fue uno de los protagonistas de la historia del Ateneo de Madrid. Durante la segunda república fue ministro de la Gobernación en el Gobierno de Azaña desde febrero de 1936 hasta el diez de mayo del mismo año. Terminó en el exilio, tras la guerra civil y la comisión provincial de incautaciones acordó declararle responsable civilmente por la cantidad de cien millones de pesetas. Un nieto de su hermano Miguel fue ministro de Economía y Hacienda en 1982, Miguel Boyer Salvador.
El cuñado del arquitecto, Octavio Álvarez-Carballo Prieto, nació en 1878 en Mansilla de las Mulas. Estudió en el Colegio de los Padres Agustinos de Valencia de Don Juan y el Real Colegio de Estudios Superiores María Cristina del Escorial. Allí fue compañero de pupitre de Manuel Azaña, que andando el tiempo llegaría a ser presidente del Gobierno y de la Segunda República y que le recordaba como un señorito millonario, aburrido y metido a campesino. En El Escorial inició su preparación para la carrera de Derecho, que culminó en 1900 en la Universidad Central de Madrid. En el Colegio del Escorial también estudiaron Dámaso Alonso, Juan Ignacio Luca de Tena, Dionisio Ridruejo, Luis Martínez de Irujo, Duque de Alba, Federico Moreno Torroba, el periodista Matías Prats, y otros muchos personajes de la política y la vida pública. Actualmente imparte enseñanzas de Derecho, Administración y Dirección de Empresas, y Quiropráctica y dispone de un colegio Mayor con ciento once plazas. Octavio se casó con Rosario Gómez Barthe. Sobre él recayó por una serie de circunstancias producidas en su familia prácticamente todo el capital de esta, siendo la parte más importante la que su tío Pedro Álvarez-Carballo había comprado al Duque de Frías, heredero de los Condes de Luna. Una gran cantidad de bienes que incluían los puertos de montaña del valle de Laciana, hoy propiedad de la fundación privada a la que dejó su herencia y que lleva su nombre, y también el antiguo palacio de Riolago. Con parte de la fortuna familiar adquirió una dehesa próxima a Mansilla de las Mulas, conocida como la Mata del Moral, en la que remozó la pequeña casa que había bajo proyecto del arquitecto Manuel de Cárdenas. Allí le visitó Manuel Azaña en 1918. Cuando estalla la guerra civil se encuentra descansando en Francia. Este acontecimiento le separa de su cuñado Amós Salvador Carreras y de Manuel Azaña. Octavio siguió su tendencia natural y apoyó económicamente al bando nacional con una aportación de ciento ochenta y cinco mil francos que realizó en octubre de 1936. Después de esto constan pequeñas aportaciones como veinticinco pesetas y doscientos conejos para el Regimiento de Burgos, pero sin duda realizó muchas más.
La familia Álvarez-Carballo estaba emparentada con la familia Álvarez Miranda, que también participaba de la vida política provincial. En 1901 era diputado provincial por Murias de Paredes, por el Partido Conservador José Álvarez Miranda, su hermano Fernando Álvarez Miranda estaba casado con Marcelina Álvarez-Carballo Bueno. Por el Partido Liberal y el mismo distrito era entonces diputado Alfredo Barthe. Cesar Gómez Barthe, hermano de la esposa de Octavio Álvarez-Carballo, también fue diputado provincial por Murias de paredes de 1921 a 1924.
Un caso paradigmático de hacendado filántropo con origen en el partido judicial de Murias de paredes fue el de Francisco Fernández-Blanco de Sierra-Pambley nacido en Villablino en 1827 e hijo de Marcos Fernández Blanco, hacendado hidalgo de la Ribera del Órbigo, y de María de Sierra-Pambley y Álvarez-Brasón, hija que fue de Felipe de Sierra-Pambley, secretario de Hacienda en el reinado de Fernando VII durante el período constitucional de 1820 a 1823. Con este pasado a sus espaladas Francisco cursó los estudios de derecho en las universidades de Valladolid y Madrid, licenciándose en esta última en 1850. Parece ser que compartió las ideas krausistas, sobre todo en materia pedagógica y educativa, aunque en lo político militó en el liberalismo progresista y republicano de Ruiz Zorrilla, siendo diputado a Cortes en las legislaturas de 1858 a 1863.
El uno de noviembre de 1.885 Francisco salió de León en su diligencia, acompañado de Francisco Giner de los Ríos, Gumersindo de Azcárate y Manuel Bartolomé Cossío, todos ellos miembros de la Institución Libre de Enseñanza, de inspiración krausista. En doce horas recorrieron los cien kilómetros que les separaban de su destino y a las once de la noche se apearon en Rioscuro, en donde entonces concluía la carretera, y alumbrados con un farol y a pie continuaron por el camino vecinal hasta Villablino para entrar en la cocina de su casa y en aquellos escaños, al amor del fuego, proyectaron la creación de la Fundación Sierra Pambley, sobre la base económica de su vasto patrimonio. El primer centro educativo de la Fundación abrió sus puertas el veintiuno de abril de 1887 en Villablino, y agrupaba la Escuela de Enseñanza Mercantil y Agrícola, que incluía enseñanzas de lechería, mantequería y quesería, y una escuela de Ampliación de Instrucción Primaria para niños. En 1890 se establece en Hospital de Órbigo un centro con dos secciones de niños y niñas para Ampliación de Instrucción Primaria y Agricultura, y cuatro años después, ve la luz la escuela de Villameca con huerto para realizar experimentos agrícolas. En 1897 se funda la escuela rural zamorana de Moreruela de Tábara. En 1903 se abre la Escuela Industrial de Obreros de León, donde se imparte cerrajería, forja y carpintería, y en 1907 se amplía la escuela con la Sección de Niñas para Ampliación de Instrucción Primaria. Por fin, en 1922 se crea la Granja Escuela en el Monte San Isidro de León, donde la Fundación adquiere un terreno de ciento treinta y tres hectáreas, y allí se habilita un centro de instrucción cualificada para jóvenes agricultores y ganaderos.
El golpe de estado del dieciocho de julio de 1936 cambió el signo de la historia y esta avalancha también afectó a la Fundación Sierra Pambley, a la que se culpa del auge del liberalismo imperante en León, al que se considera origen de la decadencia moral de la nación. El veintiocho de agosto de 1936 se confiscan sus bienes y el cuatro de diciembre es fusilado Nicóstrato Vela, director de la Granja-Escuela del Monte San Isidro y padre del futuro muralista Vela Zanetti, después de haber paseado a Pío Álvarez, responsable de la Biblioteca de Azcárate.
La suegra de Fidel, Ramona, murió a la edad de setenta y ocho años en Rioscuro el veintidós de febrero de 1933 y eso quebró los equilibrios de poder en el seno de la familia. La familia Arias tenía propiedades en Riolago, en donde tenía casa, Cospedal, en donde aún se conserva su casa solariega, Robledo de Babia y Rioscuro. De esa ascendencia babiana da cuenta el hecho de que el ocho de marzo de 1911 Ramona Arias Álvarez solicitase en la delegación de capellanías del obispado de Oviedo la conmutación de las rentas de la capellanía llamada de Nuestra Señora de la Portería, de patronato familiar, fundada en la parroquia de Riolago, Arciprestazgo de Babia Baja, por don Paulino Flórez, presbítero, tal día como el veintiuno de abril de 1751, como descendiente de este. Para dejarlo más claro, Ramona pretendía recuperar los bienes que una vez fueron de su familia. Claro está que la familia había crecido y se había ramificado mucho en siglo y medio, por lo que posiblemente tuvo que competir con otros descendientes del presbítero y no nos consta que ella lo hubiese conseguido. Una capellanía era un conjunto de propiedades que por lo general incluían tierras de labor y las edificaciones y ganados que las acompañaban para que, una vez arrendadas, produjesen las rentas económicas con las que sufragar los gastos del capellán, que era uno de los hijos menores de la familia que fundaba la capellanía y que estaba obligado a celebrar un número determinado de misas al año, con el fin de proporcionar indulgencias para la salvación de las almas de sus seres queridos que pudiesen estar esperándose en el purgatorio. Era pues la manera de asegurar el sustento a un hijo segundón y a la vez una forma de introducir a un miembro de la familia en el clero. La capellanía no se deshacía a la muerte del fundador y pasaba a manos de un varón descendiente de este. Para la iglesia como institución la fundación de una capellanía también le aseguraba unos ingresos estables.
Molinos y electricidad
Poco más sabemos de Fidel Díez-Canseco, pero nos consta que en 1924 firmó tres artículos sobre folclore argollano en la revista Vida leonesa, El filorio, La noche de San Juan, y El concejo. En septiembre de 1931 Fidel, que seguía residiendo en Cármenes, se compró un coche de 1924 de segunda mano con matrícula quinientos setenta y seis, y en enero de 1932 quedó registrada su solicitud para una concesión de mil litros por segundo de agua del río Torío en su confluencia con el río Canseco en Pontedo, para usos industriales. Es probable que deseara instalar una central eléctrica para suministrar fluido a los pueblos del municipio.
Hasta la llegada de la innovadora luz eléctrica las casas se alumbraban con velas, lámparas de aceite, y más tarde con candiles de carburo. Tradicionalmente esto se hacía con aguzos, también llamados gabuzos, que eran varas secas de brezo que, colgadas verticalmente y encendidas por el extremo inferior, producían una luz intensa.
Por aquel entonces ya había varias centrales eléctricas en algunos de los pueblos de la Mediana de Argüello. Ya en 1928 en Felmín había una fábrica de luz y cooperativas eléctricas en Cármenes, Canseco, Pontedo y Piedrafita, que suministraban fluido a estos pueblos y a los de Gete y Getino, careciendo de él los demás. De la activa vida industrial y social en aquellos años da fe el hecho de que ya existía un casino en Canseco y Cármenes, y que en esta última localidad funcionaba una fábrica de mantequilla y se explotaban minas de cobre, cobalto y carbón en sus alrededores. Cármenes estaba atravesada por la carretera de León a Collanzo, la de Villamanín a La Vecilla y el camino vecinal de Puente de San Pelayo a Canseco. Existía un automóvil de línea de Matallana a Cármenes.
En febrero de 1932 Fidel le vendió su coche de matrícula seiscientos ochenta y uno a Melquiades Gutiérrez de Cármenes.
El veintidós de febrero de 1934 el presidente de la Cooperativa eléctrica de Cármenes era Florentino Alonso y el secretario Máximo Fierro. Las tarifas vigentes eran, mínimum de contador cuatro pesetas, 0,75 pesetas el kilovatio hora, lámpara fija de diez vatios dos pesetas y de quince vatios 2,75 pesetas. Todo ello al mes.
El treinta de agosto de 1934 el presidente de la Cooperativa eléctrica de Canseco era Juan Rodríguez y existía una tarifa única para alumbrado a tanto alzado de 0,5 pesetas al mes por una lámpara de 15 vatios.
El quince de febrero de 1935 el gerente de la Cooperativa eléctrica de Pedrafita era Isidoro Fernández y la tarifa única a tanto alzado al mes era de 0,5 pesetas por una lámpara de quince vatios. Se aclaraba que los impuestos que gravasen el consumo de energía eléctrica iban por cuenta del abonado.
El veintiocho de enero de 1935 las tarifas aplicables en Cármenes, Villanueva de Pontedo, Campo, Piornedo y Almuzara por la electricidad a ciento veinticinco voltios que vendía la Cooperativa eléctrica de Cármenes era, para la tarifa de alumbrado a tanto alzado al mes, 1,64 pesetas por una lámpara de diez vatios, si se tenían de dos a cuatro lámparas de diez vatios, 1,4 pesetas por cada una, si se tenían más de cuatro a 1,25 cada una, por dos lámparas de diez vatios conmutadas, dos pesetas al mes, por una lámpara de quince vatios, 2,15 pesetas al mes y por una lámpara de veinticinco vatios 2,9 al mes. En la tarifa por contador se cobraban cuatro pesetas de mínimo mensual y 0,75 por cada kilovatio hora consumido.
Durante la guerra civil Fidel se desplazó al pueblo de su esposa y en junio de 1939 quedó registrado que había obtenido una licencia de caza en Rioscuro.
En 1945 en Cármenes había un molino de Leopolo López de siete kilovatios de potencia, la Cooperativa eléctrica de Cármenes de veintiséis kilovatios, la Cooperativa eléctrica de Piedrafita de doce kilovatios, la Cooperativa eléctrica de Canseco de doce kilovatios y la Cooperativa La Unión de Pontedo de doce kilovatios. Estas mismas empresas aparecían en el listado de 1946.
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