La empresa minera británica, Moxico Resources, trabaja para establecer una nueva mina a cielo abierto de zinc y cobre a unos 200 kilómetros al oeste de la capital saudí, Riad.
En 2025 la citada mina de Khnaiguiyah producirá 100.000 toneladas anuales de zinc y 10.000 toneladas de cobre en su primera fase. Comparativamente esta producción anual de cobre es equivalente a la producción de cobre de Chile en aproximadamente 18 horas, pero el objetivo es duplicar el volumen.
En julio, Arabia Saudí anunció su primer gran impulso hacia la minería internacional. Participó en un acuerdo de 3.400 millones de dólares en Brasil, comprando una participación en la unidad de metales básicos de Vale SA junto con el fondo de inversión Engine No. 1.
Esta compra fue la primera realizada por Manara Minerals, una compañía establecida por el fondo soberano de Arabia Saudí (el Fondo de Inversión Pública o PIF) y Saudi Mining, también conocida como Maaden. El acuerdo otorga a Arabia Saudí, en competencia con Japón y Qatar, una participación del 10% en uno de los proveedores importantes de níquel y cobre del mundo.
El depósito de Khnaiguiyah está alojado dentro de rocas volcánicas de andesita y riolita que forman parte de la Formación Shalahib del cinturón Al Amar del Proterozoico tardío. Sobre los volcánicos se encuentran acantilados de arenisca y caliza. El paisaje se compone de pequeñas cúpulas y escudos volcánicos rocosos con vastos valles de arena (escasa vegetación) y lechos de ríos secos estacionales.
En Khnaiguiyah, se descubrieron cuatro zonas de mineralización separadas a las que se les dio la nomenclatura K1, K2, K3 y K4. La mineralización está controlada estructuralmente por fallas de cabalgamiento de bajo ángulo y plegamientos abiertos en los que se han filtrado fluidos silíceos y carbonatados alterando la apariencia de la roca, depositando zinc y cobre en forma de esfalerita y calcopirita.
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