La alta velocidad ferroviaria se está imponiendo en todo el mundo como una alternativa al avión en recorridos medios. Con velocidades superiores a los 250 kilómetros por hora y con potencial todavía para acelerar en breve hasta los 350, cada vez son más los concursos internacionales para cubrir líneas con trenes rápidos. El más inmediato es el de Renfe para 10 trenes, que podría ascender a 20, y con un desembolso de, aproximadamente, 540 millones, para cubrir la línea Madrid-París. Las empresas finalistas son Alstom, Talgo, Siemens y CAF.
Todas las compañías, salvo la vasca, de Beasain (Guipúzcoa), han presentado ya sus nuevos prototipos. Alstom dispone de tres opciones, el Duplex de doble piso, el Pendolino y el AGV, mientras que Siemens mantiene su apuesta por el Velaro S103 y Talgo es previsible que se presente con su Avril, según fuentes del sector.
La nueva familia de trenes de CAF se llama Oaris y alcanza una velocidad de 350 kilómetros por hora con más de 500 pasajeros dentro. El tren, que está ya en la última fase de ensamblaje en la planta de Beasain, estará rodando en pruebas en vía antes de final de año. Aumentando la capacidad del pasaje a 500 personas será posible reducir los precios del billete por trayecto.
CAF entró en el mercado de la moderna tecnología de altas velocidades en 1992, al participar en el consorcio liderado por Alstom para la fabricación de los trenes AVE s/100 para Renfe. Esa inmersión tecnológica amplió los horizontes de la empresa.
A continuación desarrolló y fabricó para Renfe una amplia gama de unidades de velocidades hasta los 250 kilómetros por hora, que incluían tecnología de ancho variable. En 2005 suministró 12 unidades para los Ferrocarriles Turcos, convirtiéndose en la primera empresa española en exportar tecnología de alta velocidad.
Pero el punto de inflexión llegó ese mismo año. CAF lideró uno de los proyectos de investigación CENIT, que financia el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI) del Ministerio de Ciencia e Innovación, cuya actividad se centraba en desarrollar la tecnología necesaria para abordar el diseño de material ferroviario funcionando a velocidades superiores a 300 kilómetros por hora.
Con esa tecnología CAF ha desarrollado la familia Oaris. La nueva familia de trenes comprende ramas de hasta 8 coches motores con una potencia de tracción de, aproximadamente, 10 megavatios, e integra las clases preferente y turista, acceso y espacio para minusválidos y cafetería, tal y como exigen ya todas las empresas que compran este tipo de unidades.
Con la nueva familia de trenes quieren optar no sólo a la línea Madrid-París, sino que se van a lanzar al concurso, en Brasil, de la línea São Paulo-Río de Janeiro. CAF tiene experiencia y planta de producción también en Brasil. Desde 1998 hay allí muchos trenes suburbanos y de cercanías. El contrato para la nueva línea que unirá las dos grandes capitales del gigante sudamericano es previsible que se adjudique bien a finales de año o a principios de 2011. En ambos casos, el Oaris estará ya rodando a plena potencia en España.
CAF, además, está muy bien situada en las proximidades de São Paulo con una fábrica cuya primera piedra fue colocada el 19 de febrero de 2009 e inaugurada apenas un año después, el pasado marzo, por el lehendakari Patxi López.
La planta brasileña tiene capacidad para producir dos vagones al día, y este año piensa entregar 400, en torno al 25% de los más de 1.500 que va a suministrar a sus clientes en todo el mundo.
Pero también está dispuesta a competir por el concurso de alta velocidad de la compañía Amtrak, que explota, entre otras, la línea entre Boston y Washington, en Estados Unidos, y ha lanzado un concurso para modernizarla.
CAF, que el pasado año logró una facturación de 1.256 millones de euros y un beneficio neto de 124 millones (un 17,5% superior al del cierre de 2008), está bien situada allí. Dispone de una planta en Elmira, Nueva York, que opera como el centro de operaciones en Estados Unidos. En los tres últimos años ha logrado ventas allí por valor de 600 millones de dólares.
El grado de internacionalización de CAF ha permitido a la compañía seguir creciendo en beneficios, pese a la crisis. Además, dispone de una cartera de pedidos que en marzo pasado se situaba en los 4.335,6 millones.
En febrero, la empresa guipuzcoana se adjudicó un contrato por el que suministrará 36 trenes para la línea 8 del trazado ferroviario de São Paulo y se encargará de su mantenimiento. Por ese concepto ingresará 78 millones de euros anuales durante 20 años, es decir, 1.560 millones.
La contrapartida es que CAF deberá invertir 350 millones durante la vigencia del contrato. Además, proporcionará otros 65 trenes a la ciudad brasileña, pero para el metro (17 unidades) y para cercanías (48 unidades). La planta de Brasil también tiene capacidad para producir las nuevas unidades de alta velocidad.