La península Ibérica lleva semanas bajo los efectos de en un tren de borrascas y sus efectos se han dejado notar de forma contundente en los embalses. Las precipitaciones de estos últimos siete días han provocado que la reserva hídrica de nuestro país haya experimentado un aumento de hasta 2.751 hectómetros cúbicos de agua respecto a la semana pasada, una subida así de casi cinco puntos porcentuales (4,91%) que se convierte de esta forma en la mayor subida en casi un año.
Agua embalsada en España a 18 de marzo de 2025.
És el equivalente a más de un millón de piscinas olímpicas (1.100.400) y lleva la reserva al 65,79% de su capacidad, según los datos publicados por el Ministerio para la Transición Ecológica, que informa de la situación de los embalses cada martes. Las precipitaciones esta semana han sido abundantes en toda la Península, y la más intensa ha caído en Córdoba, con 139 litros por metro cuadrado.
Según los números del organismo, hay que remontarse a la primera semana de abril de 2024 para encontrar otra subida aún mayor, cuando el agua embalsada de nuestro país creció en siete días 5,3 puntos porcentuales (2.593 hectómetros cúbicos) por las lluvias de otro fuerte temporal, la borrasca Nelson, que produjo cuatro muertos, cientos de incidencias y trajo precipitaciones durante toda la Semana Santa.
Cataluña levanta las restricciones por sequía en la mitad de las cuencas internas pero mantiene la fase de alerta en Barcelona
Con el crecimiento de esta semana, provocado esta vez por los sucesivos frentes de borrascas como Jana, Konrad y Laurence, el agua embalsada en nuestro país almacena ya un total de 36.867 hectómetros cúbicos. La cifra se encuentra diez puntos por encima de la situación en la que se situaba la reserva en esta misma semana de marzo hace un año, cuando contenía 31.844 hectómetros cúbicos, lo que equivalía por tanto a un 56,82%.
De igual forma, los números actuales son superiores a la media de los últimos diez años de esta misma semana de marzo. Esta media se sitúa en los 33.000 hectómetros cúbicos, el equivalente a un 59,08%, con lo que la reserva se encuentra ahora hasta seis puntos por encima de estas cifras.
Registros históricos en Cataluña y Andalucía
Las lluvias de esta semana han sido tan abundantes que llevan a varias cuencas a registros récord en comparación con los últimos años. Además, lo cierto es que la lluvia ha afectado de lleno a las cuencas más deficitarias. Es el caso por ejemplo de las cuencas internas de Cataluña, donde el agua embalsada ha experimentado un increíble aumento de hasta 13 puntos porcentuales en una semana y eleva su nivel al 44% de su capacidad. Es, así, el mejor registro en tres años, con lo que la Generalitat ha levantado en algunos territorios las restricciones por sequía que se seguían manteniendo, aunque continúa por ahora la fase de alerta en la ciudad de Barcelona.
Estas intensas lluvias registradas en este inicio de marzo se deben a la presencia de un anticiclón de bloqueo en el norte de Europa.
La Aemet culpa a un "anticiclón de bloqueo" de las largas lluvias de marzo, prevé más agua y augura una primavera más cálida
También experimentan subidas extraordinarias la mayoría de las cuencas de Andalucía. Guadalete-Barbate sube 9,4 puntos en tan solo siete días; Guadalquivir lo hace 7,1 puntos y Mediterránea Andaluza 6 puntos. Asimismo, la cuenca del Tajo sube 7,5 puntos y la del Guadiana otros 5,4. Las buenas noticias llegan incluso a la cuenca del Segura, en Murcia, que aunque se establece una semana más como la cuenca más deficitaria del país, sus números consiguen aumentar dos puntos porcentuales en una semana y se establece ya al 24,4%.
Por otro lado, también han subido las cuencas del Ebro (3,4 puntos); la del Duero (2,9 puntos); la del Júcar (2,1) y la de Tinto, Odiel y Piedras (0.5%). En los mismos números que la semana pasada se encuentran las del Cantábrico Oriental y las del País Vasco, que se establecen al 82,2% y al 95,2% respectivamente. Además, hay cuencas que sí pierden agua, como es el caso de Galicia Costa, que pierde 6,2 puntos, Cantábrico Occidental, 3,1 puntos menos, o Miño-Sil, 0,2 puntos menos. Pese a ello, se sitúan en el 77%, 72,4% y 73,43% respectivamente, formando así parte del grupo de cuencas que mejor nivel presentan de toda la Península.
Las últimas lluvias entierran la sequía y disparan las reservas de agua embalsada en España, 11 de marzo
En los primeros nueve días de marzo se acumularon en el conjunto del país 59,5 litros por metro cuadrado, tanto como suele hacerlo en un marzo completo. En la mayor parte de la Península incluso llovió tres veces más de lo habitual. Para encontrar un arranque de marzo similar habría que remontarse al de 2018, que fue el más lluvioso desde que hay registros con 163 litros y que también terminó con una dura sequía.
Cuando se habla de sequía hay que tener en cuenta que existen varios tipos, aunque todos relacionados: la meteorológica (déficit de lluvia), la agrícola (déficit de humedad en el suelo) y la hidrológica (déficit en las reservas de agua, como en los embalses). Generalmente, la meteorológica es el principal desencadenante del resto. Y al revés también funciona esta relación: porque las abundantes precipitaciones disparan esa humedad del suelo y las reservas, como ha ocurrido ahora. En solo una semana, el agua embalsada en el conjunto de España se ha disparado en 2,9 puntos. El conjunto de los pantanos están ahora al 60,9%, lo que supone superar cómodamente la reserva media de los últimos diez años, según los datos del boletín semanal que publica el Ministerio para la Transición Ecológica.
La zona en la que se ha producido un mayor incremento —de ocho puntos porcentuales— de estas reservas es precisamente la Cuenca Mediterránea Andaluza, una de la que ha atravesado más problemas en los últimos años. Si se compara con los datos de hace justo un año, el incremento es de 17 puntos porcentuales. El aumento en la cuenca del Tajo, donde en los últimos días se han decretado alertas por el incremento del cauce de los ríos, también ha sido considerable y ha llegado a los seis puntos en los últimos siete días.
En el Guadalquivir, una cuenca que se ha visto golpeada por la sequía en los últimos años, la reserva de agua embalsada es ahora 15 puntos mayor que hace 12 meses. Pese a todo, la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir ha resaltado este martes que la situación en esta amplia cuenca es muy dispar, porque las precipitaciones se han concentrado en la parte más occidental, aumentando las reservas de Sevilla, Huelva y, en menor medida, Córdoba. Pero en la zona de Jaén y Granada se mantienen niveles más bajos. “Este escenario hace que los embalses del sistema de regulación general, que suministra agua a más del 80% del regadío de la cuenca y que está en situación de alerta, presenten aún un déficit de más de 1.100 hectómetros cúbicos respecto a la media histórica de los últimos 25 años”, ha señalado esta confederación a través de un comunicado. Esta entidad está a la espera de ver cómo evolucionan las reservas para saber si se reducen las restricciones que siguen teniendo los regadíos.
En estos momentos, teniendo solo en cuenta los datos de la reserva global del país, los embalses están al 60,9%, lo que supone 2,8 puntos por encima de la media de la última década. Si se compara con los datos del pasado año, cuando todavía se notaban los efectos de la sequía prolongada, la reserva está 6,2 puntos por encima ahora.
La primavera de 2024 ya había sido buena en cuanto a lluvia caída y había empezado a romper la tendencia. A eso se le unió el otoño pasado, que fue, en su conjunto, húmedo. La precipitación media sobre la España peninsular fue de 236,5 litros, el 118% del valor normal del trimestre en el periodo de referencia 1991-2020. Este invierno pasado, sin embargo, ha sido seco y las precipitaciones han sido un 77% de lo normal, según el balance que ha realizado este martes la Aemet.
Pero las tornas empezaron a cambiar en febrero y han virado completamente en lo que llevamos de marzo. Para explicar lo que ha llovido en el arranque de este mes, Del Campo ha tirado de varios gráficos, como el que muestra que en Girona han caído hasta ahora 50 litros, lo que suele acumularse a principios de abril. En Madrid, van ya 100, prácticamente lo que llueve en toda la primavera; en Jerez de la Frontera (Cádiz) se acercan a los 150, más de lo que llueve en toda una estación promedio; y en Alcantarilla (Murcia), más de 125 litros, bastante más que una primavera normal.
La borrasca ‘Martinho’ y su triple ‘efecto Fujiwhara’, 20 de marzo
La borrasca Martinho, que azota España este jueves y el viernes con fuertes vientos de hasta 110 kilómetros por hora y lluvias abundantes en las zonas más castigadas por los sucesivos temporales, trae consigo una curiosidad meteorológica, un efecto Fujiwhara a tres bandas. En realidad, esta extensa y profunda borrasca es una familia de tres centros de bajas presiones, una madre y dos hijas que bailan, que orbitan a un mismo son y que se fusionan en lo que se conoce como efecto Fujiwhara.
Este es un fenómeno típico de los huracanes que se produce cuando un ciclón tropical interactúa con otro y hace un giro, como si uno fuera el satélite. ¿Y cómo es que sucede con Martinho? Al fin y al cabo, una borrasca es un ciclón extratropical que se da en latitudes medias y altas del planeta por lo que, aunque es más habitual en los ciclones tropicales, también puede ocurrir en los extratropicales.
La última de las cuatro borrascas de alto impacto en afectar a la Península en apenas 12 días es una borrasca muy profunda y, cuando hay áreas de bajas presiones amplias y extensas en el Atlántico, a veces se forman bajas presiones secundarias, como una familia, para subrayar que es algo muy habitual y aclarar que el efecto en sí no es importante, no va a provocar una mayor adversidad y no pasa de anécdota. Al final, la borrasca principal devorará a las bajas secundarias.
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