Un tubo Geiger-Müller es el elemento sensor de un contador Geiger, instrumento que puede detectar una sola partícula de radiación ionizante. Hans Geiger inventó el dispositivo en 1908 y Walther Müller lo desarrolló en 1928.
Un tubo Geiger-Müller está formado por un tubo lleno de gas inerte a una baja presión (Alrededor de 0,1 atmósferas). El tubo contiene dos electrodos, entre los cuales hay una diferencia de potencial de varios cientos de voltios. Las paredes del tubo son de metal (Acero inoxidable) y constituyen el cátodo mientras que el ánodo es un alambre de 0,1 mm, situado en el centro del tubo.
Cuando la radiación ionizante llega al tubo, algunas de las moléculas del gas son ionizadas. Esto genera iones cargados positivamente y electrones libres.
El fuerte campo eléctrico creado en el tubo acelera los iones positivos hacia el cátodo y los electrones hacia el ánodo.
Cerca del ánodo los electrones tienen suficiente energía para ionizar otras moléculas de gas, creando una avalancha de electrones que se recoge en el ánodo, generando una corriente eléctrica del orden de unos pocos voltios.
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