La nave Voyager 1 de la NASA, la única que ha salido del sistema solar y ha llegado al espacio interestelar, ha conseguido encender con éxito cuatro pequeños propulsores que habían estado más de 37 años apagados. La operación permitirá que la nave siga enviando datos de la región del espacio donde se encuentra, hasta ahora inexplorada, antes de perder definitivamente el contacto con la Tierra.
Lanzada en 1977, la Voyager 1 exploró Júpiter, Saturno y sus lunas antes de desviarse hacia el norte y alejarse del plano en el que orbitan los planetas. Actualmente está situada a unos 20.000 millones de kilómetros de la Tierra y es la nave que ha llegado más lejos, así como la que se está alejando más rápido. Sus observaciones son útiles para comprender cómo es y qué ocurre en la última frontera del sistema solar, allí donde la presión del viento solar se equilibra con la presión que viene del medio interestelar.
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