En la actualidad, en pleno debate sobre cual de las fuentes energéticas es más aceptable moralmente, se escribe bastante sobre la emisión de CO2 (Supuesto causante del también supuesto cambio climático.) en las diferentes actividades humanas y, como no, en la producción de energía.
En Microsiervos hemos encontrado un interesante artículo sobre este tema.
Comparativamente, una central térmica de carbón emite cerca de 1.000 g/kWh, mientras que la energía de origen eólico e hidráulico unos 20 g/kWh y la solar-fotovoltaica unos 120 g/kWh.
Cada kWh de electricidad generada por una central nuclear produce entre 30 y 60 gramos de CO2 (34 gramos de media en las centrales nucleares alemanas analizadas). Esto incluye el ciclo completo del combustible nuclear, el proceso completo requerido hasta conseguir ese kWh: extracción del mineral, transformación, enriquecimientos, construcción de la central e instalaciones auxiliares.
Por otra parte, cada central nuclear de 1.000 MW produce al año unos 230 kg de plutonio y unas 30 toneladas de material de desecho radiactivo, siendo el origen del 95 por cento del material radiactivo generado en los últimos 50 años, incluyendo la producción de armas nucleares, según la Nuclear Age Peace Foundation.
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