jueves, 2 de agosto de 2018

Museo de la mina de Arnao


Hace una semana visité con la familia la mina de Arnao.

La mina de Arnao es uno de los conjuntos de patrimonio minero más emblemáticos de España. Situada en un privilegiado paisaje costero, constituye la explotación de carbón mineral más antigua de la Península Ibérica, el pozo vertical más antiguo de Asturias y la única mina submarina de Europa. Cerrada en 1915, su castillete de madera, que ha merecido la calificación de Bien de Interés Cultural, y sus galerías subterráneas, con cerca de doscientos años, permiten revivir el ambiente de una mina primitiva.


En el año 1833, la fundación de la Real Compañía Asturiana de Minas de Carbón por Ferrer, Riera y Lesoinne representa uno de los capítulos trascendentales de la industrialización española. La mina de Arnao da origen a gran parte de las formas de explotación que van a emplearse en Asturias y a incesantes innovaciones tecnológicas (barrenado con pólvora, arranque sistemático del carbón, caminos de hierro), entre ellas el primer pozo vertical, el “pozo abuelo” de la minería asturiana. Las galerías serán excavadas bajo el mar, convirtiéndose en la única mina submarina de Europa.



En torno a la mina comienza a formarse un poblado de trabajadores que va a extenderse al valle de Arnao tras la fundación de la fábrica de zinc en 1853. Este paisaje humano e industrial todavía perdura en el tiempo y nos permite reconstruir la vida de sus habitantes y sus costumbres. La fábrica proveerá a los obreros de economato, hospitalillo y escuela, modelando una aldea industrial aislada en el paisaje. Y sus habitantes, hasta el día de hoy, aprenderán a recordar aquel tiempo como el de un paraíso perdido.


A principios del siglo XX, el mar irrumpe en las galerías. Los mineros se esmeran en construir tabiques. Pese al riesgo y el miedo, la explotación no puede cesar. Sin embargo, en 1915, nuevas filtraciones, sumadas a los problemas productivos y sociales, empujan a la directiva a cerrar la mina, que permanecerá clausurada en el interior de la tierra hasta nuestros días. Un siglo de silencio y olvido.


En el año 2007, merced a un proyecto impulsado por el ayuntamiento de Castrillón y respaldado por un fuerte ánimo popular, comienza la recuperación del conjunto. Por primera vez desde su abandono en 1915, el pozo vuelve a abrirse y las primeras galerías mineras son rehabilitadas, un esfuerzo que continúa. Es un trabajo duro y complejo, un pequeño milagro patrimonial que ha devuelto a la vida la vieja mina donde se inicio la andadura del carbón.














































La locomotora “Eleonore” fue adquirida por la Real Compañía Asturiana de Minas (RCAM) en 1880 en Bélgica. La máquina de vapor sirvió para el transporte de carbón, primero, y de cinc, después, entre Arnao y la dársena portuaria de San Juan de Nieva, un recorrido de casi seis kilómetros por una vía de 80 centímetros de ancho. En el año 1959 se quitó la vía estrecha y comenzó el transporte del mineral por carretera. De no encontrarse alguna otra pieza más veterana, la “Eleonore” es la locomotora de vía estrecha más antigua de las que se conservan en España y, sin duda alguna, es la más antigua de las asturianas, según los expertos.




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