domingo, 4 de julio de 2021

Primero de mayo de 1892

La Crónica Meridional

Diario Liberal independiente y de intereses generales. 

FUNDADOR Y DIRECTOR: FRANCISCO RUEDA LOPEZ

ALMERIA.—Miércoles 4 de Mayo de 1892

El 1º de Mayo

Por fin pasó la temible fecha del primero de Mayo sin que le tranquilidad pública haya sido alterada en España.

Dada la excitación de ánimos que se notaba en el extrangero en vísperas de la indicada fecha, era de esperar el contagio entre nosotros; pero afortunadamente por esta vez, los Pirineos han sido valla insuperable, merced a la cual la propaganda no ha tenido efecto.

Y es que los anarquistas con sus procedimientos brutales, la incoherencia de sus doctrinas y lo incalificable de sus actos, están destruyendo la obra del socialismo universal.

En nuestra nación quizá no abunde, como en otras, el obrero instruido; pero si es una verdad que son bien frecuentes en nuestra masa obrera la honradez y la alteza de miras. Por algo nuestra patria fue la hidalga tierra de D. Quijote, pues la caballerosidad y nobleza son el lema del pueblo español; y dado el carácter y natural idiosincrasia nuestra, los obreros españoles estuvieron dispuestos en un principio a dejarse seducir ante las primeras doctrinas del socialismo; pero cuando más tarde han visto mezclarse entre aquellas, elementos destructores y criminales, cuya principal misión no es enarbolar el estandarte de la razón y la justicia para conseguir derechos, sino acudir a violentos medios para aniquilar a la sociedad, destruyendo los elementos de riqueza que hoy nutren a los pueblos, y que agotados mañana producirían la inacción, la miseria y la muerte; al ver esta mezcla de la doctrina bárbara con la justa y buena, el obrero español no ha podido menos de rechazarla porque no está en su ser el vandalismo y la piratería.

Estamos, pues, de enhorabuena, y aunque esto lo esperábamos con firmeza, la duda siempre amiga de extender nebulosos velos en el espíritu, nos hacía abrigar insignificantes recelos, que por fin se han borrado por completo.

No ha ocurrido otro tanto en el extrangero, y francamente lo lamentamos; la dinamita y el saqueo han sido la nota discordante en Bélgica, Alemania e Italia. 

El 1.º de Mayo ha debido ser una fiesta universal del trabajo, pues con este título comenzó a celebrarse; pero los hechos acontecidos en esas naciones le han quitado ese carácter. 

Ojalá que estos sean los últimos chispazos del anarquismo, porque como antes hemos dicho, los verdaderos socialistas deben ser los que más empeño formulen para que el anarquismo solo y sin apoyo alguno deje de existir y no se confunda con el socialismo, pues este, mientras sus doctrinas sean sensatas y legales, inspirará siempre respeto y los obreros se harán acreedores a la consideración general, mientras que el anarquismo será perseguido como lo es la mano alevosa y criminal que hiere en la sombra por el solo placer de destruir. 

Masalegre.


La Crónica en Madrid

Sr. Director de La Crónica MERIDIONAL. 

La fiesta del trabajo. — 

—— Estamos en plena fiesta del trabajo. No ha ocurrido hasta la hora presente ningún trastorno en Madrid ni en provincias. En Madrid todo se ha reducido al meeting que se ha celebrado en los Jardines del Buen Retiro y que terminó a las dos de la tarde. 

¡Como que se pronunciaron 18 discursos, todos cortados por un mismo patrón, como ajustados a un modelo que se hubiese convenido previamente. Mucho de infames burgueses; mucho de explotadores y explotados; mucho de... lo de siempre!

Por supuesto, no faltaron los consabidos ataques a la prensa, cuyos representantes les oían como quien oye llover, como quien no hace caso... Y realmente hicieron bien, pues no era aquella ocasión ni era aquél sitio apropiado para meterse en discusiones. 

Hubo discursos violentísimos contra la burguesía; pero una vez desahogados los ímpetus oratorios, la gente se fue a almorzar, o a paseo, o adonde le dio la gana .. 

Claro es que se adoptaron en Madrid grandes precauciones; pero a la vista del público no se notaban. Así es que no ha intervenido en nada la fuerza pública, ni ha habido detención alguna hasta las cinco de la tarde, hora en que escribo.

Estaba previsto que la fiesta del primero de Mayo no había de tener en España más resonancia que la tiene, porque las cosas cuando se anuncian mucho es cuando no ocurren.

Después de todo, más vale así. 

Los telegramas de los Gobernadores de las provincias que se reciben a cada momento en el ministerio de la Gobernación, acusan perfecta tranquilidad. Aquí se celebra la corrida de toros como si tal cosa y la reina pasea por el Retiro.

Naturalmente, las festividades de hoy quitan interés a la política, y solo se hacen comentarios sobre los meetings obreros, aplaudiéndose en general la prudencia de los obreros. 

Mañana tampoco ocurrirá nada, pues aunque el 2 de Mayo es fiesta nacional, en provincias solo se celebra oficialmente y solo en Madrid se hace fiesta completa, no porque esté aquí más arraigado el espíritu patriótico, sino porque hay más afición a... no hacer nada. 

Suyo affmo.— M.

Madrid 1.º Mayo de 1892.


LOS SOCIALISTAS EN BARCELONA.

Acabamos de recibir noticias postales de Barcelona, que se anticipan a todas las que pueden publicar los periódicos, pues se refieren al día primero de Mayo. 

He aquí los datos que en ellas nos comunican:

«Barcelona 1.º de Mayo. 

Hoy se han celebrado en esta capital tres meetings, uno en el teatro del Tívoli; otro en el Circo modelo Español, al extremo de la calle de Conde del Asalto y otro en el teatro Calvo-Vico.

Principiaron a las nueve de la mañana, saliendo a las ocho los delegados obreros del local del Centro de las sociedades obreras de Barcelona, de la calle del Olmo. La bandera que figuró en la manifestación del 1.º de Mayo del año 90 ondeó en el local del indicado Centro.

Ocuparon la presidencia en los meetings, los señores Cuadradas y Quejido y en calidad de suplentes los Sres, Reoyo y Comaposada. 

El señor Quejido, que presidió uno de los meetings trazó en líneas generales la conducta que a su juicio convenía seguir en los meetings así por parte de los presidentes y oradores como de los concurrentes. Recomendó que sí las presidencias entienden puede surgir un conflicto nacido de las circunstancias del momento, es preferible levanten la sesión a que la disuelva el delegado de la autoridad. 

Asimismo recomendó que todos los oradores fueran breves en sus discursos, con objeto de que aquellos actos no tuvieran excesiva duración. A todos recomendó repetidamente se mantuvieran dentro de la legalidad más extricta.

He aquí en síntesis la aspiración unánime de los obreros de Cataluña, consignada en el siguiente programa que sirvió de base a todos los oradores de los meetings celebrados hoy:

«¡Compañeros! Ocupemos nuestro puesto en los meetings que se celebren durante la mañana del próximo domingo 1.º de Mayo; acudamos por la tarde a los paseos donde concurre la burguesía a lucir las galas que produce el sudor de nuestra frente y la fatiga de nuestro cuerpo; organicemos veladas allí donde sea posible, y en todos estos actos levantemos nuestra voz para afirmar por tercera vez nuestra enfermedad con los acuerdos del Congreso de París, ratificados por el de Bruselas el año próximo pasado, cuyas Asambleas formularon el siguiente programa internacional del trabajo: 

a) Limitación de la jornada de trabajo a un máximun de ocho horas para los adultos;

b) Prohibición del trabajo de los niños menores de 14 años, y reducción de la jornada a seis horas para los jóvenes de uno y otro sexo de 14 a 18 años;

c) Abolición del trabajo de noche, exceptuando ciertos ramos de industrias cuya naturaleza exige un funcionamiento no interrumpido;

d) Prohibición del trabajo de la mujer en todos los ramos de industrias que afecten con particularidad el organismo femenino; 

e) Abolición del trabajo de noche de la mujer y de los obreros menores de 18 años;

f) Descanso no interrumpido de 36 horas, por lo menos, cada semana para todos los trabajadores;

g) Prohibición de ciertos géneros de industrias y de ciertos sistemas de fabricación perjudiciales a la salud de los trabajadores;

h) Supresión del trabajo a destajo y por subasta;

i) Supresión del pago en especies o comestibles y de las cooperativas patronales;

j) Supresión de las agencias de colocación;

k) Vigilancia de todos los talleres y establecimientos industriales, inclusa la industria doméstica, por medio de inspectores retribuidos por el Estado y elegidos, cuando menos la mitad, por los mismos obreros.

¡Obreros barceloneses! A cumplir cual corresponde a los que aspiran a su emancipación.

¡Hurra por la manifestación universal del 1.º de Mayo!

¡Viva la jornada legal de ocho horas!

¡Abajo los privilegios!

¡Paso á la igualdad social!»


POLÍTICA EUROPEA

SUMARIO: El anarquismo.—Ravachol y sus Secuaces, —En España.—El verano. 

Sr. Director de La CRÓNICA MERIDIONAL

Muy Sr. mio: Necesitaría tener la pluma de un Goncourt; más que la pluma, necesitaría ver realizada su soñada aspiración y poseer el color de la palabra, arrancando del tintero tintas mas fuertes que el azul del cielo y el oro del Sol, mas reales que el fango del arroyo y que los detritus que se amontonan en el basurero, para pintar el cuadro, nuevo completamente nuevo en el mundo, que presenta hoy la vieja Europa, sacudida de manera violentísima por la peste moral del anarquismo. Es una epidemia terrible que invade sin cesar, con la rapidez del rayo, pero indudablemente epidemia, y como todas pasará después de llegar a su periodo álgido, dejando como huella de su paso un reguero de sangre, vestida desde el cadalso, gran número de huesos encerrando, unas a las victimas y otras a los histéricos fanáticos que las produjeron. 

En Francia acaba de representarse uno de los actos de esta nueva tragedia en acción.

Lugar: el Palacio de Justicia.

Personages: El Tribunal de los Assisses. — Ravachol.—Simón (a) Bizcocho.—La Soubert (a) Marieta. — Chaumentin.— Sherot.— Jurados.— Fiscal —Testigos.—Público ect. ect. ect.

Ravachol es el primer actor, buena figura, los ojos azules, el pelo negro, el ademan arrogante; la estancia en la cárcel le ha hecho palidecer y sus ojos resultan hundidos, su cuerpo enfisquecido; sí antes de ser anarquista, no hubiera sido asesino y ladrón, podría tomársele por la encarnación de un loco sublime; aun con todos sus defectos, como personage de una novela de principios de siglo, haría efecto, redimiendo sus crímenes a costa de su vida para mejorar la suerte de los que sufren, de los que lloran, de los que viven entre el hambre y el frío, de los desheredados en fin, sin distinción de matices ni de nacionalidades. 

Jesucristo redimió a los esclavos: Ravachol diez y nueve siglos después cree firmemente que es el continuador de su obra: Cruz o Guillotina no es mas que un accidente hijo de la civilización de los tiempos.

En el transcurso de la vista, reclama para si todas las responsabilidades, sus compañeros son inocentes y él solo el culpado, a cada momento interpone su talento entre un compañero, que se compromete con sus respuestas y el Tribunal que lo estrecha con sus preguntas; en cada una de sus palabras hay un desprecio para la vida que no le supone nada y una reverencia para el verdugo a quien espera sin temor.

Simón: (a) Biz-cocho es el actor cómico; tiene diez y ocho años y parece un mico; el vicio y la miseria le han condenado a raquitismo perpetuo, fue espía de Ravachol, que probablemente lo desprecia; que castigaría sus torpezas con puntapiés y premiaría sus hazañas con unos sonses para aguardiente, pero que procura salvarlo ahora porque no cabe otra cosa dado su papel de protector grande y generoso, aunque la vida de su antiguo espía le suponga menos que la de un gato. Biz-cocho es un necio que no sabe más que negar, sin embargo tiene la pretensión de parecer inteligente y se finge sordo para tener lugar de contestar a las preguntas, haciendo el ademán del hombre que piense. Su recurso escénico consiste en una frase que repite siempre: parfeitemente el recurso, si no es sobresaliente es regular; el público ha reído.

Chaumentin es un personage de segundo órden poco mas que un partiquino; que no ha visto nada, que no sabe nada, que dijo algo durante el sumario y que ahora lo niega todo; no tiene carácter definido. ni energía, ni conciencia de lo que dice; su muger asegura que es un hombre honrado y pacifico, su hija le tiende los brazos llamándole y el llora: el anarquismo le viene ancho, no es bastante loco para resultar grande, ni bastante cuerdo para haber vivido sin pensar más que en su oficio; si hubiera de dársele un nombre gráfico en la comedia, se le llamaría Juan Lanas

Marieta es la dama joven, tan joven que apenas tiene veinte y tres años. Es hermosa, tiene la tez pálida, el pelo y los ojos negros: Ravachol firme en su papel, exclama en tono caballeresco cuando la interrogan: 

«¡Dejad en paz a esa muger, estaba enferma cuando la explosión ¡es inocente! Además no tiene carácter y se hace de ella lo que se quiere!»

Shoret, el denunciador de Ravachol se presenta con la cara arañada, gracias a los vidrios que le hirieron cuando la reciente catástrofe del Restaurant Very. Repite todo cuanto ha declarado: el Presidente del Tribunal le dedica frases de elogio; Ravachol le mira con el desprecio que debe hacerlo un primer actor lleno de nobleza al traidor de la comedia.

Declara también el Fiscal Mr. Benois contra quien iba dirigido el atentado del Boulevard San Germain y Mr. Bulot, recalcando las tintas negras. Declaran nuevos testigos; la Guardia Republicana vigila dentro de la sala, fuera infinidad de policía guarda el Palacio de Justicia. 

El Fiscal pide la cabeza de Ravachol; el público espera el desenlace con ánsia, la impaciencia es indescriptible, el interés que la explosión ha despertado, infinito; pero para que la obra sea eminentemente humana, viene el miedo a cumplir su cometido y el Jurado no se atreve a hacer rodar la cabeza de Ravachol.

¡Habéis dado a la historia francesa una página de ignominia! gritó una voz desde el público, haciendo la crítica de la comedia.

En España también cuecen habas como en todas partes; pero aquí el anarquismo no es la cuestión palpitante. Un crimen célebre, un discurso en el Congreso, la llegada de un personage político después de unas elecciones, le relega a segundo término. 

Ahora el 1.º de Mayo, hace que se hable mas de la cuestión social, pero seguramente pasado ese día, con los preparativos de viage que las clases acomodadas hacen en esta época del año, volverá a caer sino en el olvido, al menos en ese segundo término de que hablaba antes mientras las gentes corren hacia las playas del Norte para combatir el calor. 


LAS MUJERES.

Dentro de pocos días, le Cámara de los Comunes discutirá el proyecto de ley concediendo el derecho electoral a las sus propios bienes.

La humanidad, cuando se siente satisfecha en un sentido, inventa o siente nuevas aspiraciones.

Si esas mujeres no estuvieran a cubierto de las penalidades de la vida, no aspirarían más.

Como ejemplo reproducimos esta noticia de un periódico bilbaino:

Unas diez o doce muchachitas, la menor de las cuales contará diez y siete años, salieron de Bermeo á cosa de las nueve de la noche del sábado, y a pié y con su correspondiente cesto cargado de merluza, llegaron a Bilbao en las primeras horas del domingo; recorrieron las calles hasta que vendieron la mercancía, y sin descansar, y sin tomar más alimento que un pedazo de pan, regresaron para las seis de la tarde al punto de partida, donde bailaron en la plaza. 

Esta caminata la repiten no una, sino tres y hasta cuatro veces por semana. La distancia recorrida por la carretera en ida y vuelta es por lo menos de once y media leguas, que unida a lo que recorren en las calles, unas cuatro, resulta que andan en unas veintiuna horas de 15 a 16 leguas, y todo esto para sacar cada una de 40 a 50 reales que les produce la merluza que conducen. 

Estas jóvenes si que son verdaderas heroínas del trabajo.

¿Cuál de estas se consideraría más feliz disponiendo el derecho de votar?

Por una hora más de baile cambiarían, seguramente, todas ellas los derechos de ciudadanía. 


EL SOCIALISTA

Órgano del Partido obrero

Madrid 22 de abril de 1892

1.º DE MAYO DE 1892

El 1.º de mayo es el día señalado por los Congresos socialistas internacionales de París y Bruselas para qué la clase obrera de todos los países haga una demostración a favor de la jornada legal de ocho horas.

Esa manifestación, que ha sido imponente en los dos años anteriores, precisa que sea formidable, asombrosa, en el año que estamos. 

Sus beneficios para los intereses de la clase explotada son muchos e importantes. —

En primer lugar, quebranta la resistencia que opone la burguesía a dar la ley de ocho horas. Después agita y conmueve como ningún otro acto a las masas Obreras. Asimismo las educa y disciplina para la acción política. Y, por último, facilita su organización y les da la unidad y el vigor necesarios para conquistar revolucionariamente el Poder político. 

Por consecuencia, todos los obreros que estén conformes con lo resuelto por los referidos Congresos deben trabajar infatigablemente de aquí al 1.º de mayo próximo para que la manifestación sea gigantesca y para que nadie desnaturalice su carácter.

Los que quieran ese día hacer otra cosa, sean o no obreros, dueños son de hacerlo; pero no de invocar para ello el acuerdo del Congreso internacional de París, ni de asegurar que cumplen lo convenido por la inmensísima mayoría del proletariado consciente y activo.

La resolución de éste, manifestada en dos Congresos internacionales, no es otra sino que el 1.º de mayo se efectúe en todas las naciones una manifestación de carácter pacífico reclamando la jornada legal de ocho horas.

Trabajadores: El próximo 1.º de mayo vamos a mostrar a la burguesía que el ejército obrero, el que ha de arrancarle por la acción política una legislación protectora del trabajo, y ha de destruir por la acción revolucionaria todos sus privilegios, ha aumentado considerablemente y tiene hoy mayor conciencia que ayer. Que ninguno falte de su puesto; que todos cumplan con su deber. 

¡Viva la jornada legal de ocho horas!

¡Viva la unión de todos los proletarios!

¡Abajo el régimen del salario!


TIEMPO PERDIDO

Salmerón en Cataluña y Labra en Alicante han tratado de echar el gancho á los obreros. El primero ha dicho en San Andrés de Palomar que la República dictará reformas que mejoren la suerte de los trabajadores; el segundo ha aconsejado a los obreros alicantinos que sigan en los partidos republicanos, ya que por medio de ellos lograrán mejoras para su clase. 

No nos extraña que los hombres del centralismo procuren atajar la desbandada obrera que cada vez se acentúa más en las filas republicanas; pero lo que sí nos llama la atención es que se atreva a afirmar que la forma republicana hará que las condiciones económicas de los desheredados sean mejores que las que hoy tienen.

Pase que dijeran eso cuando los obreros, embelesados con la charla de los políticos burgueses, creían ciegamente lo que éstos les decían e ignoraban lo que sucedía en los países regidos por instituciones republicanas.

Mas al presente, que ya conocen los obreros españoles las mejoras que han obtenido los obreros franceses, suizos, norteamericanos, brasileños. argentinos y otros, y que además se han percatado de lo que han hecho, hacen y se proponen hacer aquí los republicanos, venirles con aquella cantinela es, o la más insigne candidez, o el más descarado cinismo. 

Y sea una u otra cosa, ni Salmerón, ni Labra, ni los demás centralistas, ni los hombres de las otras fracciones republicanas lograrán contener la separación de ellas de los elementos obreros. — 

¡Acaso no han visto éstos las disidencias, ambiciones y miserias que han separado y separan a los jefes de los distintos grupos republicanos, y que son la causa principal de que la Restauración subsista? 

¿Acaso no saben los trabajadores que durante el tiempo que fueron dueños del Poder los republicanos nada hicieron por favorecer a la clase desvalida? 

¿No están enterados igualmente de que los concejales republicanos observan en los Municipios igual conducta que los monárquicos, y se oponen, ya declarada, ya encubiertamente, a las reclamaciones de las Agrupaciones socialistas y a todo cuanto puede favorecer los intereses de los trabajadores? 

¿No conocen asimismo la conducta burguesa, esencialmente burguesa, observada en el Parlamento por la minoría republicana? ¿Qué proposición, qué proyecto de ley favorable a los explotados han presentado sus individuos? ¿Qué protesta enérgica han formulado contra el Gobierno conservador por los bárbaros atropellos y los escandalosos abusos que ha cometido con los trabajadores?

Un programa de inmediata realización tienen hoy los obreros—la legislación, protectora del trabajo acordada por el Congreso socialista de París—y en imponente manifestación han reclamado de los Poderes públicos en los dos últimos mayos que fuera adoptado. Esto es notorio, esto no hay persona alguna que lo ignore. Sin embargo, ningún diputado republicano de las cuatro fracciones qué hoy tienen representación en el Parlamento ha levantado su voz, no ya en favor de aquella legislación, sino que ni siquiera en pro de la jornada de ocho horas, de esa reforma que tanto anhela la clase trabajadora y que tan conveniente le es.

Y si viendo todo esto la clase Oprimida, es natural que deserte del campo republicano y no piense volver a él, con mayor razón ha de hacerlo al conocer un partido que defiende de veras lo que ella quiere, que ostenta en su bandera el lema «Mejoramiento y emancipación de la clase trabajadora», y que afirma de un modo rotundo y concluyente que ese mejoramiento y esa emancipación no pueden ser obra de ningún partido burgués, denomínese como se denomine, sino de los mismos trabajadores. 

Ese partido es el Socialista Obrero, y a él, por mucho que duela a los prohombres de las fracciones republicanas, vienen los trabajadores dispuestos a pelear con ardor por su propia causa y a ganar, en lo posible, el tiempo que han perdido militando en partidos que no merecen ya el nombre de revolucionarios. 

Denle, pues, a la lengua cuanto gusten los Sres. Salmerón, Labra y demás jefes y subjefes republicanos; pero no se forjen la ilusión de que su oratoria ha de tener fuerza para impedir que abandonen el campo republicano los obreros, y menos aún para lograr que vuelvan a él los que le han abandonado. 

Todo impele hoy al trabajador al campo socialista, y cuantos esfuerzos se hagan en contra serán completamente estériles.


EL SOCIALISTA

Órgano del Partido obrero

Madrid 22 de julio de 1892

LA MANIFESTACIÓN BURGUESA

Así se ha llamado a la manifestación verificada en Bilbao el lunes de la semana pasada, y ésa es la denominación que en justicia le corresponde. 

Ni ha sido ideada por elementos, obreros, ni dirigida por ellos, ni tenia por fin favorecer a los trabajadores. Esa manifestación; que no ha sido más que una mala farsa, la han organizada los fabricantes de Vizcaya, las Compañías de ferrocarriles y las autoridades bilbainas.

El fin de ella era ejercer presión sobre el Parlamento para obtener del mismo una ley favorable a los intereses de unos cuantos poderosos y dar un triunfo político al partido conservador. Todo lo ocurrido en la comedia representada en Bilbao comprueba cuanto acabamos de decir. 

¿Quiénes hicieron salir delas fábricas a los trabajadores? Los dueños de éstas, que abonaron a los operarios, jornal y medio para que fueran a manifestarse.

¿Quiénes indujeron a los obreros a pedir en la vía pública lo que interesa a sus explotadores y conviene al partido conservador? Los maestros y capataces, que recibieron las órdenes correspondientes de los propietarios de las fábricas.

¿Quiénes costearon el gasto de tren que hicieron los manifestantes al trasladarse del lugar del trabajo a Bilbao? Nadie, porque las Compañías ferroviarias prestaron ese servicio gratuitamente. 

¿Quiénes consintieron que, sin obtener previo permiso, se verificase en las calles la manifestación referida? Las mismas autoridades que en mayo negaban aquél a los trabajadores cuando, por impulso propio y conscientemente, trataban de reclamar de los Poderes públicos leyes beneficiosas para su clase.

¿Quiénes acogieron con simpatía y cariño las peticiones de los manifestantes? No sólo el gobernador, sino la Diputación provincial, que se reunió inmediatamente para apoyarlas con su voto ante el presidente del Congreso de los Diputados, el del Consejo de Ministros y las minorías parlamentarias. 

¿Qué lemas fueron estampados en las banderas que se puso en manos de los manifestantes? «Protección al trabajo», «¡Viva la ley de ferrocarriles!», «España para los españoles», «¡ Viva el trabajo nacional!», y otros por el estilo, que acusan a la legua su origen burgués. 

¿Qué vivas se dieron ante el Gobierno de la provincia cuando se presentó la instancia a la primera autoridad civil de Vizcaya? «¡Viva el gobernador!» «¡Viva el Gobierno!»

Y si todo esto no acusase la procedencia burguesa-gubernativa de la manifestación de Bilbao, lo probaría de un modo concluyente el lenguaje que campea en las exposiciones que sé han enviado a los presidentes del Congreso y del Consejo de Ministros, a Sagasta, a Moret y a los jefes de las minorías republicanas. Los obreros que proceden por su propia cuenta en defensa de sus intereses y reclaman algo de los Poderes públicos, jamás han empleado él tono humillante y servil que resplandece en las referidas exposiciones.

A nadie, absolutamente a nadie, han engañado con su burda farsa los burgueses y las autoridades que han autorizado la manifestación de Bilbao. En ella no latía ningún interés en favor de los obreros; sólo se trataba de beneficiar a unas cuantas riquísimas Compañías que estrujan lo indecible a los trabajadores y poner un puntal a, la situación conservadora, que se viene abajo más que a prisa. 

Mas de ese acto malísimamente concebido y peor ejecutado dedúcense algunas consecuencias, que debemos presentar a la vista de todos nuestros compañeros. 

Es lógico, por todo extremo lógico, que las Compañías de ferrocarriles y aquellas otras a quienes favorece la ley que el Gobierno ha presentado a las Cortes, se esforzaron por sacarla adelante. Sus intereses les dictan eso, y contra ellos no pueden ir.

Es igualmente lógico que el Gobierno, muy quebrantado ya por los conflictos que ha provocado con sus propios actos y con los que origina el período crítico que atraviesa la burguesía, tratase de no sufrir una nueva derrota dejando atascada en el Congreso la ley sobre ferrocarriles.  Pero es una verdadera infamia, que pone en relieve la moralidad de la gente adinerada y la de sus representantes en el Poder, querer valerse de la ignorancia y la miseria de los trabajadores, es decir, servirse de las mismas víctimas de las Compañías explotadoras y del Gobierno para alcanzar lo que a unas y a otro les conviene.

Y resulta tanto más inicuo este proceder, cuanto burgueses y Gobernantes califican de falsarios y enemigos de los trabajadores a los proletarios que pelean con más decisión y energía por los intereses de su clase. 

Si a los obreros de las fábricas de Vizcaya, movidos por el interés de su propia clase, se les hubiera ocurrido dejar el trabajo. para asistir a una manifestación proletaria de verdad, seguramente que los dueños de ellas los habrían despedido, como ha pasado en alguna de las manifestaciones de Mayo; si reclamasen un aumento de un par de pesetas en su semanada les hubiera ocurrido lo propio, y otro tanto les habría pasado si solicitasen un cuarto de hora menos de trabajo.

Mas se,trata de que sus obreros les sirvan de comparsa en una obra que a ellos les reporta ventajas, y entonces esos burgueses, tan duros antes de corazón, les pagan días que no trabajan y los miman y afectan considerarlos.

Que reclamen los trabajadores de Ferrocarril de Portugalete reducción en las horas de servicio—que son 16 y 18 diarias—, y si no tienen fuerza para mantener su petición, serán inmediatamente despedidos. Sin embargo la Compañía que explota ese ferrocarril ha puesto gratuitamente a disposición:de los manifestantes de Bilbao un tren expreso qué tenía doce o catorce vagones y tres trenes ordinarios.

E igual doblez' qué han manifestado los burgueses han usado los gobernantes.

Ellos, que niegan a los trabajadores todo permiso para manifestarse en las calles, a favor de sus verdaderos intereses, dejan recorrer cuantas gusten a los que van a pedir por los intereses de sus verdugos; ellos, que castigan a los obreros conscientes cuando verifican una manifestación sin él consentimiento de la autoridad, no imponen la más leve pena a los que, sin permiso alguno, organizan manifestaciones beneficiosas a las Compañías explotadoras; ellos, en fin, que condenan a presidio por una simple coacción a cinco trabajadores y encierran a otros muchos en las cárceles atribuyéndoles ese delito, no encierran ni procesan a los fabricantes por cohibir a los operarios de sus establecimientos para que pidan la discusión de leyes que acrecienten las riquezas de sus explotadores. 

Este modo de conducirse burgueses y gobernantes no puede menos de irritar a los trabajadores que luchan por acabar con su esclavitud, pero a la vez les proporciona multitud de enseñanzas que les dan un conocimiento perfecto de sus intereses.

Tal es el resultado que con su celebérrima manifestación han obtenido los explotadores de primera fila en Vizcaya y el Gobierno conservador. 

—— Consecuencia republicana.

Indirectamente la manifestación de Bilbao ha ido contra la conducta de las minorías parlamentarias, y principalmente contra la republicana. 

Las hojas publicadas con motivo del susodicho acto no dejan lugar a duda.

Pues bien: los periódicos republicanos El Porvenir Vascongado y La República, antes que atacar a los burgueses vizcainos y defender a sus correligionarios, han proferido callarse. Todo lo más que ha hecho La República ha sido decir que los diputados republicanos no han dificultado la discusión de la ley de ferrocarriles, y para demostrar que la manifestación no iba contra ellos ha llegado a sostener que ésta no era política, cuando todo el mundo sabe que el referido acto era esencialmente burgués-conservador.

¡Qué entereza la de esos periódicos republicanos para defender... á todos los que explotan! 



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