lunes, 19 de mayo de 2025

Efectos del apagón del 28 de abril en la montaña

En plenos Picos de Europa, en Oseja de Sajambre, localidad de 120 habitantes, durante el apagón del 28 de abril pudieron continuar con su vida normal, después de media hora de corte eléctrico, el tiempo que tarda su sistema de producción local en desconectarse de la red y arrancar, ya que desde hace unos cuantos años tienen la posibilidad de proveerse de fluido desde una central situada en el valle de forma aislada de la red. En su día se tomó esta decisión para solventar el problema que causaban los frecuentes cortes en la red por nevadas y temporales que les dejaban varios días sin suministro. Hace unos quince años realizaron una modificación en la central de Ribota, una de las tres existentes en el municipio para que pudiera funcionar de forma aislada de la red general, lo que se conoce como funcionar en isla. 

La propietaria de estas centrales es la empresa Los Navarros, gestionadas por la empresa Alta Generación. Hace años se hizo una inversión de 50.000 euros para poder funcionar aislados del resto de la Red Eléctrica Española. Ante cualquier eventualidad, se corta automáticamente el flujo general de corriente hacia Asturias, los técnicos acuden a la central situada en el pueblo de Ribota de Sajambre, y enganchan la energía en ella generada a la red local. Los cinco pueblos pasan así a disponer de su propia energía. Esta misma solución benefició además a otros pueblos del concejo asturiano de Amieva que reciben el suministro de la misma compañía y por la misma red “en isla”, tales como Argolibio, Amieva, Camporriendi, Carbes, San Román o Vega de Cien.

Otro de los efectos del apagón en una central hidroeléctrica de la montaña fue la rotura del canal de la central hidroeléctricas de Vegacervera en un tramo de unos diez metros de longitud, lo que provocó el desvío de agua que arrastró los materiales de la ladera hacia el río Torío. Al producirse el apagón y desconectarse automáticamente de la red esta pequeña central, se cerraron las compuertas que dejaban pasar el agua hacia las turbinas, provocando un golpe de ariete, una ola que fue retrocediendo por el canal, aumentando súbitamente la presión que hizo que la pared centenaria de hormigón cediese en esa zona.

La central afectada, construida en 1911, formó parte de Iberdrola hasta el año 2022. Actualmente, su titularidad recae en la firma Green Energy Platform Investments, tras varios procesos de fusión y reorganización empresarial. 














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