sábado, 5 de julio de 2025

Pirocúmulos

Un pirocúmulo es una nube formada por los gases calientes y el vapor de agua que generan los incendios, y que, en el caso del incendio del 1 de julio que empezó en dos puntos distintos de la comarca de la Segarra, a las dos de la tarde en Sanaüja y a las cinco en Torrefeta y Florejacs, alcanzó los 14 kilómetros de altura. 

Este incendio de sexta generación, que como tal pudo generar procesos convectivos difíciles de predecir, ha causado la muerte de dos personas.

Entre las 18.10 y las 18.40, en solo media hora, el pirocúmulo generó vientos que hicieron que el frente de fuego alcanzase puntas de velocidad en su avance de hasta 28 kilómetros por hora. Esta es una de las cifras más altas registradas hasta ahora, ya que en un fuego rápido clasico, el frente de fuego avanza a una velocidad de siete u ocho kilómetros por hora.

En este caso los campos agrícolas de cereales, justo antes de la recogida de la cosecha, proporcionan muchas toneladas de combustible seco y aireado, añade Nebot, que en este caso facilitaron la quema de 5.500 hectáreas. 

La Fundación Pau Costa que nació tras la catástrofe de Horta de Sant Joan en julio de 2009, en la que murieron cinco bomberos, trabaja para la prevención de los incendios. El ingeniero de montes Luis Berbiela es su vicepresidente y estudia los fuegos de sexta generación, capaces de generar pirocúmulos. El del 1 de julio incluso obligó a que los bomberos se retirasen.

Cuando la vegetación se quema libera grandes cantidades de calor, lo que provoca que el aire se eleve con rapidez, choque con las capas altas de la atmosfera, se condense y la columna de aire se derrumbe hacia la parte donde progresa el incendio provocando que la dirección de los frentes se vuelva caótica. Así, el fuego crea su propio clima y en vez de estar sometido a vientos locales, de pronto queda sometido a unos vientos generados por la propia convección del aire caliente que genera el incendio. De este modo, el fenómeno puede generar sus propias tormentas por delante del fuego y provocar aparatos eléctricos gracias a un género muy potente de liberación de energía.

Y es esa expansión sin control a una velocidad vertiginosa lo que provoca que las medidas de evacuación sean muy difíciles y por eso, la mayor parte de las instrucciones son las de confinarse ante un fuego que no permite huida. El fuego de la Segarra provocó el confinamiento de diversos municipios, con unos 20.000 habitantes en total. A las once de la noche del martes, Protección Civil levantó el confinamiento en las distintas localidades gracias a la mejora de las condiciones.

Este incendio del 1 de julio se inició durante la primera ola de calor del año, que ha batido récords de temperatura en distintas zonas. Se trata además del primer gran incendio en Cataluña, cuya campaña forestal arrancó a principios de junio con una importante mejora del estado de los bosques gracias a las lluvias primaverales tras tres años de sequía. Desde Bomberos de la Generalitat, sin embargo, se alertaba de que precisamente esa gran cantidad de agua caída en primavera había disparado la vegetación que, tras secarse, se iba a convertir en combustible incendiario.





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